Una carrocería abollada, un parachoques arrugado o las ventanillas rotas: así es probablemente como la mayoría de la gente se imagina un vehículo accidentado. Lo cierto es que muchos vehículos accidentados no presentan ningún signo de daño. También es un hecho que la pérdida de valor de estos vehículos accidentados suele ser considerable. Por eso, comprar un coche siniestrado puede ser un negocio lucrativo. Le explicamos lo que debe saber sobre este tema.
Esta pregunta no es tan fácil de responder, ya que no existe una normativa normalizada. Incluso las sentencias judiciales anteriores demuestran lo compleja que es la cuestión. Una cosa es cierta: en cuanto hay que sustituir una pieza del coche que afecta a la seguridad de la conducción -por ejemplo, la dirección o el chasis-, el vehículo se considera accidentado. Lo mismo ocurre si hay que reparar, rellenar o pintar zonas más amplias.
Pero, ¿qué ocurre con los daños menores que han sido reparados profesionalmente? El Tribunal Federal de Justicia se ha pronunciado claramente al respecto: Cualquier daño que constituya un defecto material con arreglo al artículo 434 del Código Civil alemán (BGB) es un daño por accidente y convierte al vehículo en un coche de accidente. En consecuencia, un producto sólo está libre de defectos materiales si es apto para un uso normal y presenta un estado normal.
Esto significa que: los pequeños desconchones de pintura, como los causados por las piedras en la autopista o en una carretera comarcal, son difícilmente evitables, por lo que forman parte del estado normal y no convierten a un vehículo en accidentado. Cualquier daño importante -que no tiene por qué ser causado por un accidente en el sentido convencional- constituye un defecto material. - constituye un defecto material.
Si quiere comprar un coche dañado por un accidente, hay varios lugares a los que puede acudir. Los concesionarios de coches son siempre un buen lugar al que acudir y suelen tener una buena base de negociación, ya que quieren deshacerse rápidamente de los vehículos con valor reducido.
Además, las compañías de seguros suelen ser una buena fuente. Sobre todo en caso de daños graves, suelen pagar al asegurado y adquirir así el vehículo siniestrado. A continuación, vuelven a vender estos vehículos con la esperanza de tener menos pérdidas en conjunto.
Puede encontrar las bolsas de vehículos siniestrados adecuadas en Internet. Como comprador, aquí dispondrá de una selección especialmente amplia y podrá comparar los distintos vehículos siniestrados con mayor facilidad. En general, los proveedores online suelen ser una buena fuente para comprar coches usados.
Si desea comprar varios coches usados al mismo tiempo, una subasta de coches usados podría interesarle. Suelen estar organizadas por grandes concesionarios, que reúnen los vehículos usados más antiguos y los ponen a la venta. También hay numerosos proveedores en Internet donde puede comprar un coche en subasta.
Cualquiera que se plantee comprar un coche dañado por un accidente debe, ante todo, investigar muy detalladamente los daños. Lo ideal sería que el vendedor pudiera aportar pruebas de todos los daños en forma de informe pericial. Las reparaciones deben poder rastrearse a través de las facturas del taller. Cuanta más información tenga el comprador sobre el accidente o los daños, más fiable le parecerá el vendedor.
Además, todo coche que quieras comprar debe ser siempre revisado a fondo por dentro y por fuera. Esto es especialmente cierto en el caso de vehículos dañados por accidentes. En particular, debe aclararse si todos los daños visibles coinciden con las especificaciones del vendedor. Una inspección de la pintura y de las dimensiones de los huecos proporciona información sobre si el vehículo puede haber sufrido algún otro daño.
Si el precio que pide el vendedor parece exagerado o parece difícil hacer una valoración exacta del vehículo siniestrado, un peritaje independiente puede aportar información sobre el valor residual objetivo del vehículo. Un vendedor respetable no debería poner trabas a esto, ya que también quiere vender sus vehículos siniestrados a un precio justo.
Comprar un coche siniestrado puede merecer la pena. El descuento aumenta a medida que aumentan los daños. Hay varias fuentes de compra de vehículos accidentados. Las subastas son especialmente interesantes para los compradores habituales, ya que el ahorro puede ser especialmente importante.
Sin embargo, se recomienda precaución si apenas hay documentos relacionados con los daños o su reparación que puedan utilizarse para rastrearlos. Cuanto más abierto sea el vendedor sobre el historial del coche implicado en el accidente, más probabilidades habrá de que la información facilitada sea completamente veraz.
Esto depende totalmente del daño original. Si los daños en los paneles laterales son sencillos y se han reparado profesionalmente, y los daños se han producido principalmente en la pintura, el descuento será relativamente pequeño. Si, por el contrario, la carrocería ha quedado completamente deformada por el accidente, un descuento del 15% (sobre el vehículo reparado) es realista.
Sí, en cualquier caso. Los accidentes deben ser revelados, lo que significa que el vendedor debe informar al comprador sin que éste se lo pida. Si no lo hace, el comprador puede rescindir el contrato, reclamar una indemnización si es necesario y, en el peor de los casos, incluso interponer una demanda por intento de fraude. Sin embargo, no todos los daños convierten a un vehículo en accidentado. El límite es a veces una línea muy fina, por lo que en caso de litigio puede ser aconsejable consultar a un experto.
Muchos compradores potenciales no tienen problemas con el historial del coche accidentado, sobre todo en el caso de daños menores, lo que, sin embargo, también se traduce en una menor depreciación. Sin embargo, incluso los vehículos accidentados con daños graves suelen ser fáciles de vender a conductores, por ejemplo a tuners o aficionados que quieren comprar un coche básico relativamente barato.
Los daños puros en la pintura que pueden repararse con un rotulador de retoque no suelen convertir a un vehículo en un vehículo accidentado. Sin embargo, tampoco pueden seguir vendiéndose como "sin accidentes".
Si hay poca o ninguna prueba de la reparación, pero supuestamente todo se reparó en el taller autorizado, conviene ser escéptico. Los descuentos excesivos también suelen indicar que al vehículo le pasa algo más; al fin y al cabo, los vendedores no suelen ser buenos samaritanos.